No hace ni quince años que pasamos de no llevarlo a llevar un teléfono móvil encima. De ellos, en los últimos cinco, además, ese artefacto incluye por defecto una cámara fotográfica, a menudo, de gran calidad óptica y alta resolución. ¿Se está democratizando la fotografía?
Efectivamente. La facilidad de uso, la portabilidad y las posibilidades de captura en todo momento han convertido a todas las personas en fotógrafos que pueden desarrollar su creatividad a través de su capacidad de observación, su curiosidad, su buen gusto y el estímulo de que sus obras pueden ser compartidas al instante a través de la web y sus redes sociales 2.0. Hablamos de un crecimiento exponencial de nuevos usuarios aficionados que así amplían sus habilidades funcionales y sus posibilidades de interactuar y comunicar con los demás.
Este cambio de paradigma, ¿enriquece el patrimonio cultural común y genera más información a la sociedad?
Llevar, por defecto, siempre un teléfono encima, luego una cámara, permite ser testigo transmisor de imágenes -foto y ¡video!- que explican (audio)visualmente cualquier fenómeno o suceso que está ocurriendo en el planeta. Gracias a este material y a la velocidad inmediata de reenvío se puede mejorar la comprensión e interpretación de un hecho ante el público. Evidentemente, esto es más información y más cultura, dado que no es lo mismo que te hablen de un asunto a que puedas visualizarlo y procesarlo mentalmente en su justa dimensión, dramatismo o belleza.
En un ámbito profesional e industrial. La fotografía analógica, la del carrete y revelado químico, desapareció. ¿Quién opera ahora en el negocio fotográfico y que ofrece al consumidor?
Además de dichos teléfonos, coexisten en el mercado cámaras digitales de todo precio y de prestaciones inimaginables hasta hace poco. Son aparatos que no necesitan el proceso de pasar por la tienda para pagar por la transformación de un negativo en un positivo sobre papel, por cuyo motivo los laboratorios convencionales de grandes producciones han desaparecido o han mutado hacia empresas de servicios en las que se ofertan imaginativos productos y novísimas aplicaciones. Este es el caso de las grandes ampliaciones, los cuadros, vinilos o soportes rígidos impresos para decoración y publicidad, o los álbumes fotográficos que se pueden encargar on line y que uno mismo maqueta y titula a su gusto y que en cuatro días recibe puntualmente en su casa, con una calidad superior y a unos precios muy razonables. No hemos de olvidar que situar todo el patrimonio fotográfico propio en discos duros u on the cloud, aunque es cómodo y fácil, puede conducir a una pérdida idiopática de los archivos y, en consecuencia, de nuestro historial visual. Un álbum con lo mejor de lo mejor capturado por uno mismo es un documento físico tangible y accesible que no sufre los cambios de soporte, software o reproducción, tal como dicta la veloz evolución de las nuevas tecnologías. ¿Quién no se ha encontrado en algún cajón un disquete de 3,5 con imágenes que ya no puede insertar en su PC? O ¿una colección de fotos de un viaje o un evento que han desaparecido durante cualquier traspaso de archivos al comprar un nuevo ordenador? En cambio, seguro que todavía conservamos lo más esencial de nuestra vida en álbumes perfectamente ordenados y custodiados.
¿Qué hacen las nuevas marcas de material y dónde están las antiguas, algunas míticas?
Sí, este es un curioso fenómeno. Sucede que los grandes fabricantes e innovadores de pantallas de TV y ordenador han visto la oportunidad de mercado de añadir a sus inventos la parte mecánica, electrónica y óptica que configuran una cámara digital. Es por ello que vemos a Sony, Panasonic, Casio, Samsung y algunas pocas más en competencia con las marcas clásicas que se han atrincherado y apostado por fabricar excelentes máquinas, como Nikon, Canon, Fuji, Olimpus, Pentax... o Leica o Hasselblad. Aunque todas juegan fuerte, las primeras son marcas muy agresivas en su innovación y en sus estrategias de marketing. Es un nuevo modelo de negocio. Pero no hemos de olvidar que a este ‘club' también han llegado los fabricantes de telefonía celular como Nokia, Motorola o la omnipresente y espectacular Apple que con sus iPhone arrasa y crea un nuevo tipo de consumo... una nueva experiencia. Precisamente, el próximo mes de julio, como avanzaba FACTUAL.ES hace tres días, la compañía de la manzana lanza su iPhone 4 con una cámara de vídeo frontal que permitirá realizar videoconferencias, una función que han bautizado como FaceTime; mientras que la cámara posterior tendrá 5 megapíxeles, LED flash, zoom de 5 aumentos y capacidad para grabar HD vídeo, para el que Apple ha creado, además, una aplicación de edición de vídeo, la iMovie. Como se ve... una revolución tras otra que apenas nos deja respirar, pero nos alegra la vida y ayuda a progresar. Creo que lo que se vislumbraba en Minority Report ya es una realidad imparable. Es fascinante.
¿Cómo sitúa a España en el ámbito de esas tecnologías, desde una posición de innovación autóctona?
La verdad es que en esa Champions League no jugamos como inventores o grandes fabricantes, aunque sí seamos clientes y buenos consumidores. Sin embargo, en entornos de otras aplicaciones periféricas a la captura de imágenes disponemos de algunas empresas muy especializadas en nichos de mercado. Sea diseñando y produciendo accesorios, componentes o consumibles, y por descontado operando en el comercio y la producción en laboratorios y tiendas especializadas, estamos en línea con los países similares al nuestro.
Como presidente del comité organizador de Sonimag Foto & Multimedia -23 al 27 de marzo de 2011 en el recinto de Gran Via de Fira de Barcelona- ¿qué novedad o tendencia puede destacar que se exhibirá ante el público?
Aunque seguro que para entonces ya habrán versiones nuevas de lo que digo, por el momento, en el terreno de la fotografía pura, será la 3D un estándar al alcance de todos. Las tres dimensiones ya estarán presentes habitualmente en las cámaras, de manera que la captura tratará la imagen para tal fin, cuyo resultado será reproducido en cualquier ordenador o pantalla sin que se requieran lentes especiales. Algo que está más cerca de lo mágico que de otra cosa. Ya en el universo profesional, en esa edición del año próximo se podrán comprobar las sinergias y combinaciones posibles de la fotografía con las artes gráficas, entendiéndolas como la industria que imprime sobre cualquier sustrato. Por eso coincide Sonimag Foto & Multimedia con Graphispag y Graphispag Digital.
Con esta fórmula ferial, soy de la opinión de que el comprador aficionado podrá sumergirse en un ambiente sorprendente por sus múltiples opciones de elegir equipos y prestaciones, a la vez que el profesional se enterará de lo que le conviene más para seguir siendo competitivo y prestar un servicio de alto valor añadido y de eficiencia y excelencia.